Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

Editorial del Domingo 11 de Octubre de 2015

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La necesaria participación
Los actuales problemas sociales, políticos y económicos que está sufriendo Honduras, son similares a lo que está ocurriendo en los distintos Países de América Latina. Dada esa cruda realidad se hace necesaria una participación activa de todos los ciudadanos, para encontrar con el esfuerzo conjunto las soluciones a la pobreza, desempleo, inequidad y exclusión que sufren miles de hondureños.
Ante todo la participación tiene que ser impulsada por una esperanza de futuro. Se debe tener la certeza de que la cultura de corrupción e impunidad que ha reinado en Honduras puede y debe ser transformada en una cultura del trabajo. Se debe confiar en que es posible que exista una aplicación correcta de la justicia, para que pueda ser imputado cualquiera que haya delinquido, sin importar su condición social.
Todo ciudadano debe contribuir a que la convivencia en la sociedad esté fundamentada en la justicia y el derecho. Esa es la única manera de combatir la pobreza, la inequidad y la exclusión. Es la forma de afirmar una opción ética que se traduzca en prácticas concretas, y utilizando medios eficaces, sea capaz de transformar la realidad  que hoy oprime a la mayoría de la población.
Cuando se colocan los principios y los valores éticos como los pilares sobre los que se construye la nación, la vida comunitaria se orienta hacia la generación de actitudes solidarias, que se traducen en impulsos por instaurar la justicia social y la dignificación de la persona humana. Es el deseo de servir para construir una patria para todos, en vez de afanarse por acumular dinero y poder para dominar.
La constitución hondureña está redactada con una idea subyacente: el poder es servicio. De hecho quien ejerce el poder, debe estar desprovisto de todo tipo de utilitarismo egoísta, y estar pendiente de las necesidades más sentidas de la población.
Pero desde un punto de vista práctico, la autoridad constituida(nacional y municipal) no tienen la capacidad financiera para solventar todos los problemas de la población, y por ello, como fruto de la solidaridad, han surgido ONG´s de diferentes propósitos, también organizaciones religiosas, la cooperación internacional etc. Grupos de diferentes capacidades que ayudan a los más pobres y a los excluidos. Pero cuya acción también tiene límites financieros y humanos.
Pero son los mismos pobres los que tienen que luchar por salir de su dolorosa situación, aunque requieren ser fortalecidos por medio de la colaboración de procesos educativos que les permitan crear sus propias organizaciones y gestionarlas. Sólo así tendrán la posibilidad de generar alternativas creativas, que los conviertan en los actores del cambio de sus propias circunstancias negativas.
Y así, nacen las organizaciones populares, que para ser exitosas en sus propósitos de cambio deben estar enmarcadas en el tiempo y las condiciones históricas apropiadas, tales como la existencia de una ciudadanía comprensiva y tolerante, que no adopte posturas adversas a la promoción humana que se está tratando de gestar.
Pero es preciso recordar que los cambios no ocurren de un día para otro. Son verdaderos procesos que requieren de tolerancia, paciencia y esperanza. Al hablar de este cambio el Papa Francisco ha señalado: “los procesos, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar proceso y no por ocupar espacios”.
Son palabras llenas de sabiduría, que deberían ser tomadas en cuenta por movimientos populares hondureños que vienen naciendo. Ojalá que tengan la suficiente cordura para entender que la transformación del país será el resultado de los grandes consensos que los hondureños sean capaces de alcanzar, guiados por el deseo de construir el bien común.
Es mediante el diálogo ciudadano como pueden compartirse los deseos y los anhelos por estructurar una patria donde impere la justicia, la paz y la solidaridad.
El Señor Jesús afirmó: “Dichosos los que trabajan por la Paz…. Serán llamados Hijos. de Dios».

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Esta entrada fue publicada el 12 octubre 2015 por en Editoriales.
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