Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

El fantasma del hambre en Honduras

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Por su interés Fides reproduce hoy el editorial del Boletín Apuntes de la Pastoral Social Cáritas de Honduras, donde se esbozan criterios válidos para la reflexión sobre la situación que atraviesas miles de compatriotas. He aquí el editorial.
“Compartir lo que tenemos, con caridad cristina, con todos aquellos que se ven obligados a hacer frente a numerosos obstáculos para poder satisfacer una necesidad tan primaria y, a la vez, ser promotores de una auténtica cooperación con los pobres, para que a través de los frutos del trabajo de ellos y de nuestro trabajo podamos vivir una vida digna”. Papa Francisco.

Pastoral Social
Cáritas de Honduras
redaccióncentral@semanariofides.com
Desde inicios de año, la Red Humanitaria de la que Cáritas Honduras forma parte, junto a otras organizaciones como el Comité Permanente de Contingencias, Copeco, la FAO, el PMA, Visión Mundial y Ayuda en Acción, lanzó la alerta sobre la prolongación y agudeza de la sequía durante el presente año y la serie de consecuencias sobre la población campesina más pobre, especialmente la que carece de tierra y de trabajo.
Esas predicciones se fueron confirmando paulatinamente. Para el mes de Mayo de este año, la cantidad de lluvia caída sobre el territorio nacional fue mínima. A partir de entonces se suspendieron las lluvias, reiniciándose hasta el mes de septiembre. Los registros de lluvia han sido los más bajos en la historia y en algunas regiones se registró como el más seco de los últimos 48 años, siendo el período más largo sin lluvias en los últimos 10 años.
Michel Roy, Secretario General de Cáritas Internacional, señala que: “El hambre es una catástrofe de magnitud mundial. Más de 842 millones de personas ven esfumarse su salud, oportunidades y vida y a sus hijos sufrir por algo que no debería existir nunca. Hay alimentos suficientes en el mundo para todos y llevar una vida digna. Tenemos que unir nuestros esfuerzos para asegurar alimentos para todos. Juntos podemos lograrlo”. Sólo a través del trabajo se puede tener una vida digna recuerda incansablemente el Papa Francisco.

EL PAÍS
En Honduras, la canícula prolongada y la falta de agua como producto de la sequía del año pasado han impactado fuertemente en la población del corredor seco hondureño, especialmente en las familias más vulnerables. ¿Qué se ha hecho ante esta situación? En junio el gobierno de la República mediante decreto ejecutivo número PCM-036-2015 declaró emergencia para los 146 municipios más afectados por el fenómeno de El Niño y la sequía y se comprometió a proporcionar asistencia a más de 160,000 familias que estaban en riesgo seguro de padecer hambre en los próximos meses.
¿Cómo se ha hecho la selección de las familias? ¿Son los más pobres los favorecidos? Hasta la fecha se ha priorizado la asistencia alimentaria mediante la entrega de raciones a familias de las zonas afectadas. Esta acción la ha realizado el gobierno por medio de las alcaldías. Esta gestión es administrativamente correcta, pero con poca participación de las comunidades y de los actores locales en la selección de las familias para garantizar imparcialidad y neutralidad tan necesarias de implementar que permita asistir a las familias más afectadas y cumpliendo con los niveles de transparencia y rendición de cuentas.
Esta acción gubernamental legítima y necesaria porque es una función del Estado solventar las necesidades de la población puede quedar en un mero paliativo como tantos otros.
Entregar raciones alimenticias es la manera más fácil de afrontar esta crisis. Pero es necesario y urgente establecer un programa a corto y mediano plazo que dé respuestas rápidas, reales y duraderas al problema de la seguía y ayude a recuperar los medios de subsistencia de las familias afectadas.
¿Cuáles son estos medios de subsistencia? Entre otros, el capital financiero (dinero en efectivo, crédito o ahorros), capital físico (viviendas, maquinaria), capital natural (tierra, agua), capital humano (mano de obra, destrezas), capital social (redes, normas) y capital político (políticas públicas).
Para todo campesino es esencial tener acceso a la tierra y contar con los medios para cultivarla y la población no campesina necesita ingresos para adquirir alimentos y para esto es fundamental que tenga acceso a empleo, mercado y servicios.
Tomando en cuenta que la probabilidad de continuar bajo el fenómeno de El Niño en los meses finales es de más de 95% y la probabilidad que este fenómeno persista hasta Mayo del siguiente año es de más de 70%, es urgente tomar medidas de resiliencia o adaptación al fenómeno de la sequía y del cambio climático. A través de nuestras comunidades se puede implementar prácticas que garanticen la seguridad alimentaria de la población campesina. Por ejemplo: Fortalecer los sistemas de producción local rescatando cultivos y semillas criollas, incorporar técnicas de manejo de suelo y agua amigables con el ambiente, adaptar buenas prácticas de conocimiento local, incorporar prácticas de bajo costo que no generen riesgos y sean repetibles y replicables. Manejar adecuadamente los recursos naturales, especialmente el recurso hídrico. Promover actividades no agrícolas para la generación de ingresos, promover la solidaridad y la subsidiariedad entre las familias y las comunidades.

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Esta entrada fue publicada el 5 octubre 2015 por en Enfoque.
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