Más de 20 mil personas se reunieron en Madison Square Garden donde el Papa Francisco ofició la Eucaristía de despedida por esta ciudad.
“Con el profeta Isaías, hoy podemos decir que el pueblo que camina, respira, vive entre el smog y ha visto una gran luz, ha experimentado un aire de vida” Papa Francisco.
Redacción
Suyapa Banegas
Enviada Especial
Sana el dolor de estas familias que perdieron a seres queridos en esta tragedia”, dijo el Misionero de la Misericordia, en un encuentro interreligioso en el Ground Zero Memorial, lugar donde se ubicaban las Torres Gemelas del World Trade Center derribadas el 11 de septiembre de 2001 atentado que cobró la vida de más de tres mil personas.“Este lugar de muerte se transforma en un lugar de paz”
Allí Francisco en medio de sentimientos encontrados, se mostró emotivo y rezó frente al monumento que recuerda a las víctimas del World Trade Center. En el encuentro interreligioso con representantes judíos y musulmanes, el Papa buscó rendir homenaje a las cerca de 3.000 personas que perdieron la vida en los ataques.
En su oración también pidió por los terroristas: “Unge con tu amor los corazones de aquellos que justifican las matanzas en nombre de la religión, Dios de la comprensión por la magnitud de esta tragedia”.
Y para los sobrevivientes de este fatídico ataque oró con mucha fuerza: “pedimos tu compasión para aquellos que, debido a su presencia aquí hace 14 años, continúan sufriendo heridas y enfermedades”.
Palabras que llegaron al corazón de los allí presentes y que pese al paso del tiempo recuerdan con mucha tristeza ese momento que marcó la vida de sus familias y en ese momento recibían palabras del mismísimo representante de Cristo en la tierra.
Un momento de silencio se vivió en el lugar, y para finalizar evocó una petición muy especial:”empeñarnos en la causa de la paz, la paz en nuestras casas, en nuestras familias, en las escuelas. Paz en esos lugares donde la guerra no parece tener fin”.
“No podemos dejar de soñar con vivir siempre con alegría”
En las calles de la ciudad ya se sentía la presencia de aquel que les llevó la Alegría del Evangelio. Ya había logrado tocar el corazón de miles de personas y les tocó el turno a los niños. La Escuela Nuestra Señora de los Ángeles en el barrio East Harlem, esta escuela atiende a más de doscientos niños en su mayoría latinos y afroamericanos. Allí en medio de una gran algarabilla los pequeños lo recibieron felices.Me han contado que una de las lindas características de esta escuela es que algunos de sus alumnos vienen de otros lugares, inclusive de otros países”, les dijo
Con su jovial manera de ser y su sonrisa característica les invitó a no perder la esperanza. “aun cuando se presenten situaciones difíciles. “No podemos dejar de soñar con vivir siempre con alegría”.
El pontífice les dijo a los alumnos de la Escuela Nuestra Señora, Reina de Los Ángeles lo “bueno” que es encontrar nuevos amigos y “personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños”.
JUBILOSO RECORRIDO EN EL CENTRAL PARK
Una ruta tradicional de los sumos Pontífices es la del Central Park, justo allí se apostaron alrededor de 80 mil personas que pudieron adquirir boletos sorteados para poder ver pasar al Santo Padre en su Papa Móvil y recibir la bendición.Desde tempranas horas esta multitud de personas esperaba con ansias contemplar a Francisco, en medio de las medidas de seguridad. La algarabía hacía sentir a cada momento. De repente la tensión era interrumpida por una porra.
Esta procesión se extendió por doce cuadras, hay personas que incluso se tornaba imposible contemplarlo. Al contemplar la caravana las personas saltaban de emoción, y la seguridad hacía su trabajo. Salió de su carro negro fiat, el que lo había trasportado para subirse al “Papa Móvil”. Los gritos ensordecedores se escuchaban por doquier. Las personas sacaban sus teléfonos para retratar aquel momento imperecedero, y los flashazos por doquier se confundían en medio de las lágrimas y las sonrisas de miles de fieles de diferentes culturas que lograron esa oportunidad. El sacrificio de tantas personas mereció la pena, ya que alcanzaron lo que tanto anhelaron.
MADISON SQUARE GARDEN
Más de 20 mil personas se reunieron en Madison Square Garden donde el Papa Francisco ofició la Eucaristía de despedida por esta ciudad. Muchos esperaron de pie hasta doce cuadras para poder ingresar y tener el privilegio de vivir la Santa Misa presidida por el máximo representante de la Iglesia Católica. Los ojos del mundo estaban puestos en este lugar donde se escucharía el último mensaje del Papa en la ciudad de Nueva York, antes de partir y seguir su gira por la ciudad de Filadelfia.
Ya la tarde caía y en el majestuoso lugar no cabía ni una persona, su entrada la hizo en un carro de golf saludando a su paso y sonriendo, su estilo y carisma arrancaban aplausos y saludos. Las personas trataban de tocarlo y la algarabía era apoteósica. Un pequeño con capacidades especiales obtuvo la bendición de y la sonrisa del pequeño sobresalió entre la multitud, su felicidad era evidente, sabía quién era el Papa Francisco.
En la homilía el Sumo Pontífice brindó su mensaje en idioma español, al comenzar dijo: “En este lugar que representa las distintas facetas de la vida de los ciudadanos, que se congregan por intereses comunes hemos escuchado que el pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”. “El pueblo que caminaba, el pueblo en medio de sus actividades, el pueblo que caminaba cargando sobre si, sus aciertos y sus equivocaciones, sus miedos y sus oportunidades, ese pueblo ha visto una gran luz, el pueblo que caminaba con sus alegrías y esperanzas, con sus desilusiones y amarguras, ese pueblo, ha visto una gran luz…” El Papa Francisco durante su visita a Nueva York mostró el buen olor de Cristo, impregnó en aquella inmensa ciudad la esperanza, la paz, la misericordia, la solidaridad, y humildad. Dejó una huella que marca la historia en esa ciudad y en todo Estados Unidos.