Festejan el 30 aniversario de fundación, asimismo, 30 años de Vida Consagrada de dos hermanas cofundadoras y las bodas de plata de dos hermanas más.
Texto y fotos: Yaquelin Baquedano Estrada
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Recientemente, las Hermanas Misioneras de MARILAM nos hemos reunido para celebrar 25 Años de Vida Consagrada de las hermanas Verónica Gumercinda Ponce Cerrato y Juana de Dios Euceda Reyes, así como 30 Años de Vida Consagrada de las hermanas Altagracia Cañas Ortéz y María Elena Díaz Tercero; quienes son al mismo tiempo Cofundadoras de esta Congregación, la cual celebra también 30 Años de fundación.Ya que Dios quiso, a través de Monseñor Marcelo Gerín, ofrecer esta obra a la Iglesia, la que desde sus inicios ha venido dando pequeños frutos en bien de la Evangelización.
Así que es una triple celebración y bellos acontecimientos en los que se manifiesta el derroche de gracias que Dios ha derramado y con las que sigue colmando esta bella Obra.
La Eucaristía fue presidida por monseñor Guido Charbonneau, Obispo de Choluteca, y concelebrada por el padre NinoSacchi (párroco de San Juan Bautista, de la colonia Kennedy, en Tegucigalpa), a la cual asistieron familiares de cada una de las hermanas, algunas congregaciones religiosas, asociados y bienhechores, así como personas cercanas y amigas de la Congregación.
En la homilía monseñor Guido motivó a las hermanas a tener siempre presente el llamado de Dios, ya que hemos sido elegidos por él: Él nos eligió y nos preparó para que vayamos y demos fruto: la misión. Esto es su carisma específico, hermanas, la misión. Monseñor Marcelo soñaba con la misión. Su sueño se ha hecho realidad en ustedes, en su persona, en su consagración religiosa para vivir la misión. Sigan adelante: la Iglesia les agradece, la Iglesia las necesita. ¡Ojalá sigan habiendo muchas muchachas que entren a su Congregación, atraídas por su carisma y su testimonio!
Esta triple celebración nos colma de mucha alegría, especialmente en este Año dedicado a la Vida Consagrada,en el que nosotras nos continuamos disponiendo para que la misión que realizamos desde nuestro Carisma, sea verdadera respuesta y signo de la presencia del Reino de Dios en la humanidad. Queremos seguir prestando nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón y todo nuestro ser, para ese gran proyecto de amor de Dios para la humanidad.
Felicitamos a nuestras hermanas y deseamos que cada día sea un eterno sí, a quien sabemos las ha llamado y amado primero. De todo corazón nos unimos a su felicidad y gratitud por tanto bien recibido y al mismo tiempo le pedimos a Él que les siga colmando de sus bendiciones, para que sean sus auténticas discípulas misioneras.
Y nuestra inmensa Gratitud a nuestros obispos, sacerdotes, a Confereh, a las congregaciones religiosas nativas, asociados, bienhechores y a todas las personas que de una y mil maneras siguen apoyando nuestra Congregación, ¡Muchísimas Gracias! por tanto bien recibido y que el Señor bendiga sus vidas, obras y misiones.
Que todas las Hermanas de Marilam, recibamos la gracia de vivir apasionadas por Cristo y la Misión, como nos lo enseñó Santa teresita del Niño Jesús, quien desde lo más profundo de su corazón expresó “Yo quisiera ser Misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos.”