Caminar
Decisiones precisas y concretas
Jóse Nelsón Durón V.
Protesto tener que decirlo, pero si en Honduras hubiese ocurrido un Cambio; una Revolución Moral; se hubiesen realizado programas de rehabilitación de jóvenes; aprobado la cadena perpetua cuando fue prometida; continuado la Cero Tolerancia contra la delincuencia; solucionado el problema de vendedores ambulantes y propiciado el libre tránsito por las calles de las ciudades; construido mercados; vigilado los permisos de construcción y supervisado su ejecución adecuada; puesto en práctica cédulas de cultivo intensivo en lotes familiares; construido almacenamientos de agua; evitado la politización de soluciones y políticas agrarias; capacitado los hijos de socios de estas soluciones para constituirlos, una vez formados, en dirigentes de ellas; fortalecido e incentivado la pequeña y mediana industria; creado oportunidades y centros de trabajo; mejorado el sistema de salud; combatido realmente la corrupción; terminado con el nepotismo; electa una auténtica Corte Suprema cuando hubo tan buena ocasión de lograrlo; fortalecido las instancias de investigación y colecta de pruebas científicas: etc., nuestra Patria sería totalmente distinta.
Afirmé al principio de este párrafo que protesto escribir el famoso “si” tan utilizado, porque todo eso ya pasó y las aguas ya fluyeron debajo del frágil puente de la displicencia, apatía, impasividad y desdén. Sin embargo, desacomoda un poco el notar cómo personas que pudieran construir sobre las ruinas que, todavía, nos sostienen, deambulan por el mundo despotricando contra los gobernantes actuales llevándose de encuentro el porvenir nacional.
Mientras jóvenes y niños salían a las calles para honrar a la Patria, un grupúsculo de compatriotas se reunían para repetir el estribillo tan trillado de: “este gobierno corrupto, espurio, vende patria, ha entregado la soberanía y el territorio nacional, los recursos naturales, y ha hipotecado el país a través de las famosas ciudades modelo”.
¿Será muy tarde ya para regresarlos a la escuela del interés de todos y del bien común y hacerlos desfilar por la calle del servicio a todos? Como para Dios nada es imposible, desde esta columna continuaremos insistiendo, como estribillo también, que lo único que puede ayudarnos a construir una nueva nación es la unidad y la concreción de medidas y obras que hagan caminar aquella carreta que nunca fue empujada.
La verborrea política, personales intereses, avidez de poder, desenfreno consumista con fondos nacionales y hasta el insensato deseo de aparecer que percibimos en programas de radio y televisión por parte de sesudos e inteligentes personas, debería precisarse, delinearse y hasta diseñarse, con la participación y en representación de todas las instancias de la sociedad, al estilo de banco de mentes técnicas diseñadoras del futuro nacional. De lo contrario, estaremos siendo como siempre: pánfilos criticones a veces ignorantes hasta de lo que hablamos.
Nunca antes, es preciso reconocerlo, se habían atacado con tanta firmeza problemas endémicos, que no vale la pena la pena repetir, pero parece que, o bien el gobierno se ha quedado sin respuestas en el ámbito del empleo, el financiamiento de la micro empresa y la atención al nuevo emprendedor de todas las facetas de su nuevo esfuerzo, o las necesidades de financiamiento son tantas que escapan de la capacidad gubernamental.
Ya estalló también, por fin, la urgencia de la construcción de obras de almacenamiento de agua, de saneamiento en pueblos y ciudades, la derrota del hambre y otros muchos problemas que empobrecen cada día más a los pobres, mientras la empresa privada se queja por la disminución de ganancias. Desde esta columna, sin pretender ser pioneros, dejamos a consideración de los que dirigen el país la formación de esta “banco” de profesionales y personas verdaderamente arropados con el gonfalón nacional, despojados de intereses personales, que sean capaces de enrumbar el carro nacional por las rutas del desarrollo.
Sentémoslos a trabajar de esta manera, de lo contrario, continuarán hablando y hablando y hablando… porque algunos, es necesario decirlo, no han sido escuchados. Ya lo dice Quien parece no ser escuchado, el Señor Jesús: ““Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Amén.