Caminar
Sacudir y empezar de nuevo
Jóse Nelsón Durón V.
Llegamos mi esposa, su mamá y yo a la Iglesia; bajamos la vista y vemos a nuestros pies una pequeña carpeta para limpiarse los zapatos; aprovechamos y lo hicimos,con el corazón sosegado por la delicia de ingresar al Templo con los pies liberados del mundano polvo y la gracia de postrarse ante el Señor Dios;poder sacudirse las banalidades del día a día para encontrarse con el Altísimo Señor que creó y rige el cielo y la tierra. Una maravilla que la Iglesia,que es nuestra casa, propone a todos los hijos de Dios en el Santísimo, remanso de nuestras aguas, sosiegode los espíritus y prístina fuente del vino nuevo para limpiar los corazones ante Quien es la Suma Pazy el Sumo Bien. Hemos terminado el mes de la familia y comenzado el de la santa Biblia, en un caminar espiritual que, bajo el consejo sabio y amoroso de la santa madre Iglesia, vamos recorriendo en el devenir histórico, lugar, momento y espacio en que ponemos a prueba nuestra fe, encontrándole sentido en el hermano que camina al lado nuestro con sus necesidades sobre los hombros. Tus manos son mis manos, repite un movimiento salesiano. Tus hombros son mis hombros, debemos decir a nuestros hermanos, pues sobre los míos descansan tus apuros, dificultades y angustias.
También celebramos el mes de nuestra Patria, hondo, abundante, pletórico y espléndido pedazo de tierra que Él nos dio para que le encontrásemos, identificándonos entre nosotros. Haciendo común el bien y desterrando el mal, único que no debería tener derecho de ciudadanía; ni sus compinches: la guerra, el hambre, corrupción, injusticia., soledad, desánimo y pobreza. En sus inteligencias yen la fertilidad de sus suelos; en sus corazones y en la hondura de sus bosques; en la radiante belleza de sus playas y en el brillo de sus ojos campesinos; en los claros trinos de sus aves y en la humilde y sincera voz de sus mujeres y en la tenacidad vital de sus varones de piel curtida, encontramos, Patria amada, la fuerza para cantar diciendo “serán muchos Honduras tus muertos, pero todos caerán con honor”. Tus fronteras, oh, Patria querida, están mojonadas por el valor y las fuerzas de tus hijos que hoy reclaman las traiciones que otros han cometido contra su confianza, desenterrando las hachas de la violencia, de la desunión, delincuencia, corrupción e impunidad.
Este es el sentimiento patrio que despierta cada año el mes de septiembre, la preparación de las fiestas patrias, desfiles, espectáculos y las visitas a lugares de origen. Sin embargo, en este año atenúa el fervor un sentimiento de desánimo por la sequía y problemas consecuentes. En efecto, las consecuencias de la histórica incapacidad gobernante y de la des-inteligente actitud política de prolongar en el tiempo planes de desarrollo y la realización de obras previsoras estudiadas por gobiernos anteriores, sólo refleja una vergonzosa y pobre mentalidad en quienes se han ofrecido falsamente como soluciones y medios urgentes para sacar adelante este país, digno de mejores hijos.Hay estudios suficientes como para rellenar todos los baches de la capital; y los hay en todos los ramos: energía, transporte, vías de comunicación, drenaje, control de inundaciones, aguas subterráneas,riego, represas, minería, exploración de hidrocarburos, bosques, arqueología, leyes, constitución, migración, servicio civil, previsión social… paremos ya de contar. Pero la sublime inteligencia, el burdo egoísmo y la soberbia de nuevos gobernantes han sido como el pedazo de ceniza del puro de Hitler que cubrió el mapa de Honduras en la segunda guerra mundial, como chistean algunos hondureños con irrespeto. Pero es la verdad, estamos en situación precaria no por falta de políticos, sino quizás por la abundancia y la mala calidad, así como por la falta de intereses auténticos que vayan más allá de la ambición económica y del ansia de poder, unidas a la falta de agallas para enfrentar las necesidades nacionales. Es hora de sacudir los caros y brillantes zapatos importados de políticos metidos a gobernantes; es tiempo propicio para sacudirles otras cosas a empleados de pacotilla (bolsillos y cuentas de banco por ejemplo); es necesario que todos los empleados tomen las pruebas de confianza, especialmente los de altos vuelos, y que arranque de una vez por todas una verdadera lucha, denuncia y castigo de la corrupción. No se trata de hoscas venganzas, ni de revanchismos, sino de justicia. Cuando vayan a Misa señor Presidente, honorables ministros, diputados y funcionarios de altos sueldos, sacudan sus calzados y en el confesionario sus corazones, para que puedan trabajar hombro a hombro por quienes les eligieron. Esta es mi opinión, no de la Iglesia.