Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

“Todo lo ha hecho bien…”

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Al encuentro de  la palabra… según San Marcos para la Lectio Divina
“Todo lo ha hecho bien…”
(Mc 7,31-37) XXIII Domingo del Tiempo Ordinario
P. Tony Salinas Avery
asalinasavery@gmail.com
La narración evangélica de este domingo, nos vuelve a situar ante la experiencia poderosa de Jesús, que es capaz de realizar milagros de curación, imposibles de efectuar por un hombre normal.
La narración por igual, está situada dentro del marco del conocido “secreto mesiánico”: Jesús efectivamente, “lleva aparte de la gente” al sordomudo y, cuando lo cura, le manda que “no diga nada a nadie”. Vemos pues, que más que un prodigio espectacular, Jesús quiere hacer un acto que transforme sobre todo la conciencia, ya que los oídos sordos en la Biblia son, a menudo, signo de un corazón indiferente.
Leyendo este Evangelio según San Marcos, descubrimos de nuevo, que su intención es invitarnos a suprimir las actitudes negativas de nuestro corazón indiferente ante el paso de Jesús, desea que nuestra experiencia de Él nos llene de gozo, que podamos adherirnos y descubrir quién es realmente Él, sobre todo cuando hace milagros, cuando esté en la cruz… Allí su potencia no es otra que la del amor que se entrega, la de la vida que se da. Ciertamente, antes hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, pero en aquella hora hará hablar a un hombre (el Centurión Mc 15,39) para hacer la confesión-alabanza más perfecta sobre Jesús: “Verdaderamente, éste es Hijo de Dios…”.
Algo que nos puede  llamar la atención, es que las curaciones de Jesús no se realizan a través de un proceso, son de manera inmediata, al instante quedó curado. Con ello el evangelista señala el momento presente en que llega Jesús a cambiar la historia de un ser humano. A través de esta curación-liberación del sordomudo se tiene una “fuerte llamada de atención” en el relato mismo del Evangelio, que pretende que al escucharlo nos abramos a la fe en el Señor, que todo lo puede. Jesús pronuncia ahora en arameo, su lengua, una orden: Effatá, “¡Ábrete!”, dirigido al hombre de los oídos y de los labios sellados. Y vemos cómo la Palabra de Jesús es como la de Dios, obra y libera, trastorna las fronteras del dolor y de la miseria, “abriéndolas” a la irrupción de la esperanza y de la alegría.
Este es el centro de la narración evangélica: “¡Ábrete!”, que Jesús afirma con toda su autoridad de Dios y Señor.
No hay que olvidar también, que el telón de fondo de la narración, es el área territorial de Galilea, la Decápolis, región habitada por paganos, sutil referencia alusiva a la apertura del Evangelio hacia toda criatura humana. El protagonismo, el final se da entre ellos dos, dentro de este amplio contexto, que tendrá su expansión ya en la época que escribió Marcos. Así pues, el Evangelio no anuncia una idea sino que presenta una persona concreta, sumergida en nuestro mundo y en la historia de los hombres.
Celebrando durante todo este Mes de Septiembre, la iniciativa pastoral de volver a la Biblia, tratemos juntos de volver a tener esa “capacidad de asombro” ante las obras de Jesús, que muchos hemos perdido, por múltiples factores. Escuchemos con mejores oídos, curados por el poder del mismo Jesús, su Palabra que nos resucita.

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Esta entrada fue publicada el 4 septiembre 2015 por en Buenas Nuevas.
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