“Ustedes mamás y papás saben bien esto: cuántas veces, por amor a los hijos, son capaces de apartar las penas para dejar que ellos vivan bien la fiesta, ¡gusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto amor en esto!” Papa Francisco
Texto y fotos: Johanna Kattan
Jokattan@unicah.edu
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¡Muy bien papá, seguí, no te detengas! ¡Eso mamá, ya vas a llegar a la meta! ¡Ganamos el juego! Estas son frases expresadas por hijos que forman parte de familias que saben disfrutar cada tiempo en el momento apropiado. No son individuos que viven sin problemas, son seres queridos que deciden celebrar ese regalo delicado bendecido por Dios llamado Familia.
El Papa Francisco, en su catequesis sobre la familia, resalta la importancia de celebrar en familia. “Por lo tanto, la fiesta no es la pereza de quedarse en el sofá o la emoción de una tonta evasión… No, la fiesta es en primer lugar una mirada amorosa y grata sobre el trabajo bien hecho; festejamos un trabajo. También ustedes, recién casados, están festejando el trabajo de un lindo tiempo de noviazgo: ¡y esto es bello! Es el tiempo para ver a los hijos, o los nietos, que están creciendo, y pensar: ¡qué bello!”.
Indica que no todo es felicidad. “Puede suceder que una fiesta llegue en circunstancias difíciles y dolorosas, y se celebra quizá con un nudo en la garganta. Y sin embargo, también en estos casos, pedimos a Dios la fuerza de no vaciarla completamente. Ustedes mamás y papás saben bien esto: cuántas veces, por amor a los hijos, son capaces de apartar las penas para dejar que ellos vivan bien la fiesta, ¡gusten el sentido bueno de la vida! ¡Hay tanto amor en esto!”.
Celebrar la vida es agradecer y dar valor a nuestra existencia. “También en el ambiente de trabajo, a veces – ¡sin fallar a los deberes! – nosotros sabemos filtrar alguna chispa de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo nacimiento, como también una despedida o una nueva llegada…, es importante. Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva: ¡nos hace bien! Papa Francisco.
FAMILIA EN HONDURAS
En Honduras, hablar de celebrar en familia no siempre es prioridad, en algunos casos ni se habla de reunirse y pasarla bien, otros mantienen una continua “comunicación” vía celular preguntando a sus hijos “dónde estás? Ya vas a regresar?Tené cuidado, me llamás si te pasa algo malo.
Y cuando “don dinero” es muy escaso en casa, celebrar en familia no está en la agenda pues representa un gasto de recursos económicos. Para los que viven para trabajar significa una pérdida de tiempo; y posiblemente para los que siguen los patrones de sus antepasados, compartir en familia basta con compartir una comida.
Ligia y Jorge Romero es un matrimonio que suele celebrar desde pequeños a grandes momentos de sus vidas. Ese año festejaron dos décadas de matrimonio, un proyecto de vida junto a sus hijos: José Eduardo, Sharon Nicole y Luis Enrique. Para ellos la convivencia, jugar, servir juntos en la Iglesia los fortalece como familia.
“Nos gusta jugar fútbol en familia, entre primos, hermanos, todos los adultos, los niños y jóvenes. También disfrutamos los juegos de mesa”, explica Ligia y Jorge. No se trata de “matar tiempo”, compartir un juego en familia es integrarse, conocerse. “El beneficio es que la familia aprende a trabajar en equipo, aprenden a tolerarse entre ellos sabiendo que es un juego. Además, nos reúne como familia porque después hay un tiempo de diálogo de cómo se desarrolló el juego”, agregan los Romero.
Incluso, es ser como familia un equipo, les facilita mantener una buena comunicación en todo momento o ante los obstáculos. “Cuando hay dificultades, implementamos mucho diálogo, preguntamos a todos su opinión sobra la situación, hasta llegar a acuerdos claros”.
CONSEJOS
Ligia y Jorge Romero del Movimiento Familiar Cristiano comparten algunos consejos para mantener una familia unida, comenzando por comer juntos. “Las familias deben procurar coincidir en la mesa al menos una vez al día, que el tiempo de los alimentos sea tiempo de diálogo y armonía; algunos psicólogos afirman que cuando las familias acostumbran sentarse juntos en la mesa los niños aprendan a hablar más rápido”.
Estos sampedranos consideran que la oración es como su vitamina. “tener momentos de oración familiar, en las mañanas y en las noches. Un hábito puede ser: hacer oración en el camino a la escuela”. Otro punto importante es dialogar en familia y explicar a los niños la importancia de asistir a la Eucaristía y el respeto con que debemos escuchar y participar, que no deben llevar juguetes, deben vestir adecuadamente”, agregaron Ligia y Jorge Romero.
La Eucaristía cuando se vive en familia se vuelve fuente de energía para todos los miembros. “Como esposa y madre disfruto estar con ellos en la Eucaristía”, expresa Glenda Rivas. “Con mi esposo Iván nos conocimos cantando en las misas y siendo parte de la Pastoral Juvenil. Tenemos dos hijas: Gabriela y Raquel”.
Unidos por un servicio. “Nuestras hijas nos han acompañado a la misa desde el día que las presentamos a los 40 días de nacidas y desde ese momento no han dejado de venir a las celebraciones. Ahora Gabriela, está cantando con nosotros en el coro de la misa de once de la mañana en la Catedral, Raquel va aprendiéndose los cantos para un futuro también formar parte y poder cantar en las misas”.
La Pastoral Familiar
Formar una familia no es una decisión para unos días o unos años, es para toda la vida, y puede ser complicado para quienes no tienen una buena base, o sólo vivir sin un rumbo. Familia no es sólo cuando hay un papá, una mamá y unos hijos. Familia es el compromiso amoroso de ayudar a crecer a un hijo, guiarlo, prepararlo y dejarle vivir sus sueños. Familia es ese amor de esposos que deciden vivir un proyecto de vida juntos. Familia es aquel grupo de personas, que aún cuando uno de sus miembros ya no está se unen más para seguir avanzando, apoyándose entre todos.
No se puede crecer positivamente en un hogar donde no se camina con Cristo. Un gran apoyo para el caminar de estos seres unidos por el amor, es la Pastoral Familiar, la cual está para ayudar a las familias y a todas las situaciones familiares. Existe para servir a las familias que están bien constituidas, a las familias en situación irregular, y también a las familias que pronto van a constituirse.
El presbítero Josué Dany Hernández, asesor de la Pastoral Familiar Diocesana desde el 2012, explica que la Pastoral familiar es “la acción evangelizadora de la Iglesia por la familia, con la familia y para la familia, para que puedan vivir su identidad y su misión en la Iglesia y en el mundo”.
“Como toda pastoral es parte de un organismo vivo que es la Iglesia. Debe estar presente en cada parroquia. El Papa San Juan Pablo II decía que la PF debe ser la pastoral que sirva de eje transversal a las demás pastorales. Estoy de acuerdo con él. También funciona a nivel diocesano con una comisión permanente con representantes de las parroquias que tienen Pastoral Familiar”.
El presbítero menciona que esta pastoral está integrada por un asesor, un coordinador diocesano, y una comisión permanente, además de los agentes de pastoral en formación y los equipos parroquiales de esta pastoral.
En la Diócesis de San Pedro Sula, esta pastoral tiene diversas metas. A nivel parroquial consolidar en las parroquias los equipos, y que sean parte visible e integrante del servicio pastoral a las familias, contando con la colaboración del párroco y de agentes especializados.
“A nivel diocesano, consolidar la representación por zonas y continuar la formación diocesana de agentes. Las otras metas y retos están en el Plan Pastoral Diocesano, pero destaco que es de mucha importancia la preparación de los novios para el sacramento del matrimonio, tema que seguramente será tratado en el Sínodo de los obispos que se realizará en Roma dentro de pocos días”, indica el asesor.
Otra meta de la pastoral es establecer el mismo material de formación en todo el país. “A nivel nacional urge consolidar materiales para todas las diócesis, un directorio de pastoral familiar, así como temas para las catequesis prematrimoniales, además de material sobre educación sexual y en valores”, destacó el padre Josué Dany Hernández.