“Una congregación empieza con un llamado a Dios, y en este caso la Madre María Luisa al conocer la misión que encomienda, ve una vocación que son dos palabras unidas: para la vida y la fe”.
Texto Johanna Kattán
Fotos: Guillermo Dubón
Rodeadas del cariño de los sampedranos celebraron con alegría la fundación de las Misioneras de la Caridad y Providencia, una obra de amor establecida por la Madre María Luisa.
Comenzaron las celebraciones en torno a los 75 años de fundación de la congregación Misioneras de la Caridad y Providencia en todo el mundo y por supuesto en San Pedro Sula también hay fiesta, ya que el carisma de esta hermanas ha marcado huella en la Costa Norte de Honduras.
Existe una historia conmovedora al conocer la vida de la fundadora de esta congregación a quienes llaman Madre María Luisa. Siendo una niña de apenas tres años de edad, María Luisa Zancajo de la Mata, sufrió una parálisis infantil que le produjo la inmovilidad de sus dos piernas, y según fue creciendo físicamente acompañada de sus limitantes también creció llena de la gracia, pues ella aseguraba que se le aparecía Jesús y fue en una de sus apariciones que le pide ya siendo adulta que funde un instituto llamado Misioneras de la Caridad.
HISTORIA
A los 30 años de edad, el 8 de junio de 1941 fundó en España el instituto llamado Misioneras de la Caridad. “Es una congregación bien querida, pues en la Madre María Luisa hay algo especial, ella fundó esta congregación hasta andando en muletas”, detalla Sor Glady Argentina Lagos Suarez, madre superiora en San Pedro Sula.
Este año será de grandes celebraciones por el 75 aniversario, el cual dio apertura con una celebración especial en España con la visita del Cardenal óscar Andrés Rodríguez hace un mes, confirmó Sor Gladys.
Comentó que en San Pedro Sula ya llevan 50 años sirviendo con sus carismas, especialmente en el área de la educación, ofreciendo un técnico, bachillerato, y un colegio y escuela completa basada en valores. “Nos sentimos orgullosas de servir en Honduras”, enfatizó Sor Gladys.
CELEBRACIÓN
Con una misa presidida por el Obispo de la Diócesis de san Pedro Sula, Ángel Garachana se realizó una doble celebración en el Instituto Madre María Luisa en San Pedro Sula, la apertura de los 75 aniversario de fundación de las Misioneras de la Caridad y Providencia y a la vez los 25 años de vida consagrada de la hermana Anselma Tercero.
“Una congregación empieza con un llamado a Dios, y en este caso la Madre María Luisa al conocer la misión que encomienda, ve una vocación que son dos palabras unidas: para la vida y la fe”, expresó monseñor Ángel Garachana, durante la misa.
La hermana Anselma nació en Nicaragua, y ha realizado su misión en Honduras.
En esta fecha significativa para esta religiosa, renovó sus votos y confirmó su alegría al vivir profundamente su vocación, como un regalo que Dios le ofrece. Un detalle especial que recibió de Monseñor Ángel fue un anillo bendecido para conmemorar sus 25 años de servicio.