“Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”. La Iglesia celebra este 26 de julio el día consagrado a los abuelos.
Texto y Foto: Ángela García
angelapaolawk@gmail.com
Síguenos en http://www.fidesdiariodigital.com
Viendo su reloj Rubén el sacristán del templo me dijo: “faltan cinco para las tres, ya van a comenzar a llegar”, y en efecto, en la entrada se asomaban dos señoras muy sonrientes algo cansadas y a paso muy lento.
Con bordón en mano venían doña Natividad y doña Celsa, con mucha jovialidad le hicieron una broma al sacristán y el silencio que hubo hasta entonces, se interrumpió con las carcajadas de las dos. Doña Celsa tomó el brazo de Rubén y de manera muy graciosa dijo; “a mi me cuesta caminar pero Nati… ella hasta baila”.
Así, entre bromas y sonrisas comenzaron el corto camino, pero que por su dificultad para caminar, se hacía más largo, al cruzar todo el pasillo por fin llegaron al salón, al que cada martes acuden para compartir y celebrar su reunión semanal.
Uno a uno fueron llegando todos los integrantes del Grupo Candor, el que llegaba saludaba con tanta efusividad que era imposible no contagiarse con la alegría que se mostraban con un abrazo y un beso.
Pasadas las 3:30 pm ya habían doce adultos mayores, listos para comenzar su compartir semanal, antes de dar inicio entre ellos preguntaban por los que aun no llegaban, por lo que doña Yolanda, la coordinadora del grupo respondía, algunos andan de viaje y otros están enfermos, por eso no vendrán hoy.
CANDOR
“Canas Doradas o Candor” es el nombre del grupo del adulto mayor que se formó en el año 2006 en la Parroquia Cristo Rey Santa Cruz, de la Colonia 21 de octubre de esta capital, a iniciativa de una psicóloga y miembro activa de esta comunidad, quien comenzó el grupo viendo la necesidad de brindarle un espacio al adulto mayor, un lugar donde compartieran la palabra de Dios, vivencias y tuvieran la oportunidad de platicar y divertirse.
Es así como nace un 19 de febrero de 2006, el grupo con los integrantes de ese entonces y su coordinadora Esperanza Ramos de Medina, bautizaron la comunidad con el nombre de Candor, Canas doradas, nombre con el que se sienten cómodos e identificados todos los abuelitos integrantes de esta comunidad eclesial.
Doña Esperanza falleció el 2013, pero su loable iniciativa aún continúa. Yolanda Guardado, actual Coordinadora de Candor nos dijo: “doña Esperanza empezó a darle importancia al adulto mayor, porque en muchas partes no se les da importancia, ella decidió hacer una pequeña agrupación que se iban a dedicar a leer la palabra, escudriñarla, comentarla y compartirla y luego a divertirnos porque les encanta divertirse”
El grupo en sus inicios comenzó con 11 integrantes, todos adultos mayores de la comunidad, actualmente son 22 abuelitos que todos los martes por la tarde se reúnen a compartir la palabra de Dios, realizar juegos, compartir el cafecito de la tarde o simplemente platicar un poco con sus amigos.
Además de reunirse un día a la semana, Candor también tiene representación en el Consejo Parroquial y participación activa en las Eucaristías. “Al principio no querían, pero nos animamos para no sentirnos inútiles y que nos miren los hermanos en la Iglesia que nosotros también podemos” dijo Yolanda, coordinadora del grupo.
LA MÁS ABUELA
Cuando llegó el momento de preguntar, ¿Quién es el mayor de todos?, doña Yolanda no pudo evitar el enrojecimiento de sus ojos y la presencia de lágrimas al decirnos que hace unos días habían fallecido dos integrantes, don Donato y Samuelito, a quienes aún recuerdan con mucho cariño.
Después nos dijo que la más abuelita es Natividad, o Nati como le dicen de cariño, una señora bastante tímida, pero a la vez muy activa, a sus 91 años camina como si tuviera 70, y disfruta al igual que sus compañeros de grupo su permanencia en él.
Pero ante su timidez, no pudimos así que ella cedió la entrevista a la segunda más abuela del grupo, doña Celsa. Al principio de la jornada ellas dos compartieron bromas y carcajadas al entrar al templo y ahora comparten la entrevista.
Doña Celsa, es una señora muy simpática, contagia de ternura y alegría a todo aquel que platica con ella, al abordarla y preguntar cómo se sentía en el grupo nos respondió muy segura y transmitiendo felicidad: “Estar en Candor, una alegría, una satisfacción al saber de que estoy cerca de Dios”.
También nos comentó que no se pierde la eucaristía o reuniones de grupo, a menos que se encuentre muy mal de salud, doña Celsa, es miembro activo del Sector Cristo Rey, hace varios años. Nos dijo que asiste a la Iglesia desde que se comenzó a poner la primera piedra para la construcción del templo, desde ese entonces sirve a Dios y participa de las actividades de la comunidad.
A sus 83 años sigue sirviéndole al Señor y dice sentirse segura de servirle hasta que Él diga ya estuvo. “Llevo diez operaciones en mi cuerpo, pero gracias a Dios que soy feliz, para mí no hay tristeza” nos manifestó Doña Celsa con una gran sonrisa capaz de animar a cualquiera.
MIRADA PSICOLÓGICA
En muchas ocasiones se vuelve algo complicado comprender y tratar a las personas de la tercera edad, debido a que por razones neurológicas y biológicas ellos con el pasar de los años vuelven a ser niños y comportarse como tales.
Los adultos mayores, pierden la memoria de cosas temporales actuales, pero no pierden la memoria de su pasado, porque incluso cuentan cosas de su niñez de una manera muy fluida, los recuerdos fundamentales prevalecen siempre en los seres humanos, sobre todo las cosas que tuvieron que ver con emociones. Por esta razón el Psicólogo, Juan Gilberto Torres nos explica: “en los abuelos no prevalecen tanto lo intelectual de lo emocional y de repente ahí es donde medimos mal a los adultos mayores, cuando no les vemos con experiencia intelectual, pero es que su experiencia no debe ser medida por su experiencia emocional, que obviamente continúan ellos con una riqueza importante”.
Psicológicamentea los hijos les cuesta mucho aceptar ver el deterioro de sus padres, después de haberles visto muy vigorosos e independientes, razón por la cual a muchos hijos les se les dificulta más lidiar con la vejez de sus padres.
“Lidiar con ellos es saber que aunque sea una persona con arrugas su comportamiento va a ser como el de un niño entonces, va haber que tener que recordarle una dos, tres, cuatro, cinco o seis veces que hay que hacer algo, que habrá que tomar en cuenta que se le volverá a olvidar, ahora nos toca a nosotros recordarle a ellos así como nos recordaban de pequeños a nosotros”.
En esta etapa de la vida los expertos recomiendan que se involucre a los abuelos dentro de las decisiones y pláticas de la familia, así como lograr que ellos tengan mucha cercanía con sus nietos ya que aunque al adulto le cueste lidiar con ellos, no pasa lo mismo con los nietos, ya que en esta etapa de la vida se vuelven en cómplices de juegos y travesuras.
LA IGLESIA Y LOS ABUELOS
El Papa Francisco se ha referido a los abuelos en diversas celebraciones eucarísticas y encuentros sostenidos con diferentes grupos de la sociedad, por lo que en ocasiones ha lamentado lo que se piensa de los adultos mayores y al mismo tiempo ha exaltado sus virtudes.
“Nosotros vivimos en un tiempo en el que los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la doctrina, nos traen la fe y nos dan la herencia. Son los que, como el buen vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble” “Verdaderamente la vejez tantas veces es un poco fea, ¡eh! Por las enfermedades que trae y todo esto, pero la sabiduría que tienen nuestros abuelos es la herencia que nosotros debemos recibir.”
“Un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos, no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”.