Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

Cristianismo revolucionario

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Reflexión
Cristianismo revolucionario
P. Juan Ángel López Padilla
Cuando comienzo a escribir estas líneas, no vamos ni a la mitad del viaje apostólico de Papa Francisco a América del Sur y por mi parte, bien podría haber terminado ayer porque lo escuchado de su corazón de Buen Pastor, es más que suficiente para llamarnos a una conversión sincera y profunda; a revisar nuestras concepciones y sobre todo, revisar la conciencia que tenemos de nuestra responsabilidad frente al destino de nuestra patria y de nuestra Iglesia.
Claro que lo dicho por el Papa Francisco no es sino la adaptación del mensaje cristiano; pero, la manera de presentarnos ese mensaje y la fuerza que tiene en las circunstancias actuales, es lo que hace de ese mensaje una invariable llamada a trabajar con denuedo por aquello que debemos tener a flor de piel: el amor y la misericordia de nuestro Dios que nos llama a vernos como hermanos, y a la Iglesia la empuja a ser garante de la inclusión y del amor concreto, no de ideas, de ideologías.
La misa del Papa en Quito fue por la Evangelización de los Pueblos y nos recordó que vivir la unidad es el camino para que el mundo crea. Tanto en la Iglesia como en nuestro ambiente social, eso es imprescindible. ¿Por qué nadie confía en nadie en Honduras? Porque realmente le estamos dando la voz y la importancia, que no merecen, a los que siempre se han ocupado de dividirnos.
Por eso, creo firmemente, que cuando Papa Francisco hablaba de aquellos que lamentablemente viven con la conciencia aislada, perfectamente podría aplicarse a todos aquellos que se han endiosado, o han endiosado una idea. Seguimos sufriendo por aquellos que están tentados a vivir en una isla eterna, no en la cumbre de las ideas compartidas y de las acciones concretas que impulsan a todos a ser mejores, sino que son hijos del “pensamiento único” que quiere ser impuesto a costa de todo y de todos.
Bien decía el Papa que ve: la necesidad de luchar por la inclusión a todos los niveles, evitando egoísmos, promoviendo la comunicación y el diálogo, incentivando la colaboración, porque es impensable que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica.
El Papa también nos recuerda que es imprescindible alejarnos detentaciones de propuestas unicistas más cercanas a dictaduras, a ideologías, a sectarismos.La verdad libera, pero no la verdad ideológica porque el cristianismo no es una idea, es algo concreto.
Es bien fácil aplicarle lo anterior a esta persona o a aquel grupo, pero lo difícil es admitir cuando somos nosotros los que estamos teniendo actitudes dictatoriales o sectarias.
En eso es lo que nosotros cristianos debemos ser revolucionarios, nuestra fe debe serlo. No porque nos prestamos a la división, al desprecio, al descarte de los otros; porque no piensan como nosotros, porque no marchan bajo esta o aquella bandera; sino porque nuestra conciencia y el perdón que nos viene de Dios nos empuja a trabajar por vernos como hermanos, no como enemigos. Eso es evangelizar, aunque suene a utopía: Honduras puede ser distinta.

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Un comentario el “Cristianismo revolucionario

  1. Jorge Nery Figueroa
    11 julio 2015

    Solamente quisiera saber el correo del Padre Juan Angel Lopez, para consultas o preguntas, para La Liturgia Hoy… Siempre lo escucho!

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Esta entrada fue publicada el 10 julio 2015 por en Punto de Vista, Reflexión.
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