Majestuoso edificio, rodeado por las principales calles de San Pedro Sula. Un templo abierto para todos, en el corazón de la ciudad, convirtiéndose en un lugar de encuentro y unidad de la feligresía hondureña, especialmente de quienes sirven en el Departamento de Cortés.La Catedral San Pedro Apóstol es un templo que según el paso del tiempo, se va edificando más, llenando de historias humanas que han recorrido su interior.
Esta Catedral, desde el año 1949 en que se colocó su primera piedra, comenzó a ser un lugar de encuentro para tantas generaciones. Al principio fue motivo para unirse y construir un templo, que actualmente es esa casa donde tantos llegan a orar, donde miles de niños recibieron su primera comunión, escenario para unir en matrimonio a varios hondureños. También ha sido la casa que acoge a quienes están tristes, a desempleados que ruegan por un trabajo.
La Catedral San Pedro Apóstol ha sido escenario de los cambio y avances de la Diócesis de San Pedro Sula. En su altar y alrededores decenas de laicos y sacerdotes junto con sus obispos, dieron un cambio y establecieron una misma dirección, una ruta hacia a dónde caminar como Diócesis.
Según datos del libro Hombres y Apóstoles en la Costa Norte de Honduras, escrito por el vicentino p. José Barceló Morey, en 1900, en la ciudad de San Pedro Sula, la primera iglesia llamada El Calvario, ubicada frente a la farmacia Handal, se quemó el domingo de Ramos de 1915. Convirtiendo la nueva construcción en una urgencia, al no tener dónde congregarse los fieles católicos.
El predio de la iglesia en 1900 era más o menos toda la mitad del solar del lado oeste de la actual Catedral. En la esquina de la segunda calle y tercera avenida estaba el templo. La esquina de la tercera avenida era también de la Iglesia, que fue comprada por la municipalidad paraesta obra al señor Joaquin Caraccioli, según documentos que obran en el Obispado. La parte sur, donde realmente se construyó el primer templo, lo donó la señora Marìa Durand, viuda de Caraccioli. En 1916, la Iglesia estaba lista, la bendición la hizo el Padre Jaime Gelabert.Cuatro años después, la “Iglesia del Padre Jaime”, fue nombrada Catedral. La feligresía aumentaba, pero la Catedral era demasiado pequeña, en comparación a la actual, la cuarta parte.
En 1931,el obispo de esta ciudad, Monseñor Juan Sastre, fue quien llevó a cabo la primera ampliación del templo. Mandó a suprimir la torre central y a elevar las paredes y techo, dándole un estilo gótico. Esa remodelacióncostó 30 mil lempiras.
En 1941 se escucha entre las tertulias de amigos que se reunían en el parque Barahona las posibilidades de transformar la Catedral. El 22 de marzo de ese año apareció publicada esa noticia en el periódico El Espectador. Con la aportación de ladrillo tras ladrillo, la obra empezó.
El 14 de mayo de ese año se concretó la obra: se organizó un grupo de personas pudientes bajo la presidencia del párroco Padre Mariano Pérez.
LA NUEVA CATEDRAL
El domingo 7 de agosto de 1949, tuvo lugar la solemne ceremonia de la bendición y colocación de la primera piedra. Ofició el acto el Arzobispo de Tegucigalpa, Monseñor José de la Cruz Turcios, acompañado de monseñor Juan Odhendal, C.M. Vicario Apostólico de Limón, siendo padrinos el Presidente de la República de Honduras, don Juan Gálvez y su esposa doña Laura Barnes.
“Circularon miles de fotos de la maqueta-proyecto: Una Iglesia de estilo colonial, esbelta y bien definida, en forma de cruz latina, tres naves y transepto, de un barroco moderado… Una catedral llena de majestad y señorío como aquellas magníficas catedrales de los tiempos coloniales, que todavía son noble orgullo de España y de las tierras americanas… La fachada principal será un vistoso ornato para nuestro bello parque, y estará compuesta por el pórtico, un frontón barroco y los dos apuestos vigías de la ciudad sampedrana, que serán las dos grandes torres, que se erguirán serias y majestuosas, hacia el límpido y diáfano cielo de la Ciudad de Los Laureles.