Participación y prudencia
Una sociedad civilizada, si quiere marchar hacia el desarrollo, tiene que ser capaz de construir la comunión entre todos los ciudadanos. Comunión que debe ser cimentada en principios y valores que sirvan para orientar y garantizar una convivencia fraterna y armónica. Lo cual se concreta, ante todo,en el respeto a la dignidad de todas las personas.Para ello es necesario que exista una amplia participación, lo cual significa que las personas tomen parte en las decisiones que tienen que ver con los procesos económicos, sociales, políticos y culturales que influyen en su propia existencia
Formas de participación ciudadana que han adquirido mayor presencia en la sociedad son las ONG’S, patronatos, juntas de agua, cooperativas etc. El éxito comunitario obtenido en su seno, se debe la colaboración efectiva de los miembros, cuando son tomados en cuenta.
También influye la capacidad de coordinarse con otros sectores fundamentales de la propia sociedad como pueden ser los partidos políticos, los gremios y otras asociaciones de la sociedad civil. Lo ideal, es que los hondureños se comprometan en la búsqueda del bien común, para que esta nación, tenga una sociedad equitativa, justa y democrática.
Honduras, a lo largo de su historia, ha tenido excelentes grupos organizados, como el gremio de los cafetaleros, que constituyen un notable ejemplo de cómo se puede contribuir al desarrollo nacional. Quizá un factor favorable para su “comunión fraterna” y su progreso productivo, en calidad y cantidad, haya sido que la mayoría de ellos, pueden catalogarse como productores pequeños y medianos.
Los cafetaleros hondureños, han sabido aprovechar los recursos que les ha proporcionado el Estado, y también han sabido unir sus recursos propios, no sólo para mejorar su actual condición económica, sino para elevar la calidad del café hondureño hasta el punto que hoy es uno de los cafés orgánicos, mejor valorados en el mercado mundial.
Desgraciadamente, en los actuales momentos, Honduras está en una situación económica muy difícil. Con una crisis fiscal que recién empieza a ser manejable. Además de una alta tasa de desempleo que sólo podrá reducirse, si se realizan fuertes sumas de inversión pública y privada, tanto nacional como extranjera.
Pero lo más grave es la polarización política, que se está promoviendo, y que se va asemejando a la existente después de los acontecimientos del 28 de junio de 2009. Lo cual significa que si se sigue acentuando esta tendencia, se crearán situaciones negativas a nivel internacional.
Primero, los inversionistas extranjeros podrían ahuyentarse, palideciendo así las posibilidades de fortalecer la economía hondureña. Además,ocurrirá un decrecimiento en la afluencia de turistas, que ha venido en aumento.Lo cual dejaría inservibles las inversiones turísticas realizadas en los últimos años. Y en definitiva, ello conduciría a no mantener el crecimiento de las ayudas de la Cooperación Internacional.
Los hondureños deben apreciar la convivencia pacífica, y no colocar los intereses sectarios e ideológicos, por encima de la búsqueda desoluciones eficaces, a los grandes problemas estructurales de la nación. Como lo ha dicho el Papa Francisco: ““Me gustaría manifestarles mi cercanía y aliento, para que el diálogo sincero, logre esa mutua colaboración que suma esfuerzos y supera diferencias, en el camino hacia el bien común”
Existe la esperanza que entre los hondureños haya la capacidad,en la ciudadanía y las instituciones, para dialogar y consensuar sobre el futuro de la nación.
Es importante el despertar de la conciencia ciudadana exigiendo castigo a los corruptos y a los corruptores. Y es una lucha en la que no se puede claudicar. Pero hay que tener la prudencia necesaria para persistir en la lucha sin destruir, lo que se haya podido construir hasta el momento, en beneficio de la economía y la convivencia de la nación. Y por encima de todo no politizar la exigencia de la justicia y tener un respeto absoluto por la verdad.
El Papa Francisco ha hablado contra los corruptos y afirmó: “la corrupción política y económica la pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen cuidados, los niños sin educación”. Y expresó enfáticamente“La corrupción apesta, la sociedad corrupta apesta, como apesta un animal muerto, y un cristiano que deja entrar adentro suyo a la corrupción no es un cristiano, apesta”.
Meditemos entonces las Palabra del Señor Jesús: “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia….ellos serán saciados”.