Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

Los Jóvenes oran y claman: ¡Paz, Amor, y Unidad!

Monseñor Miguel Lenihan dirigiendo a los presentes en la noche cultural.

Monseñor Miguel Lenihan dirigiendo a los presentes en la noche cultural.

Más de un centenar de jóvenes de diferentes grupos pastorales de la ciudad de La Ceiba, realizaron recientemente una fogata donde pidieron por la paz y la reconciliación de las familias y la sociedad hondureña.
Los muchachos y muchachas acudieron a la  invitación que fue girado  por los jóvenes, Bryan Martínez, Carlos Chávez y Byron Omar Rodríguez, ellos fueron los promotores principales para reunir a tantos Jóvenes alrededor del calor del fuego. La simbología del fuego, como llama del Espíritu Santo.
El orador principal de la jornada fue el Profesor Héctor Saúl Doblado Padilla, un maestro querido y respetados por todos los jóvenes, muchos de los cuales en algún momento de sus vidas han logrado escuchar sus charlas motivacionales e inspiradoras.
Es un largo recorrido de enseñanzas, fe y esperanzas, el cual siempre les ha transmitido el Profesor Saúl, y la ocasión fue propicia para levantar el ánimo y moral de los jóvenes que caminan con grandes y pesadas cargas sobre sus espaldas.
Los tiempos difíciles y duros que estamos viviendo, mantienen al filo del precipicio a muchos jóvenes, que ha falta de dirección en sus hogares, en sus centros de estudios. Asimismo,  la falta  de empleo,  oportunidades, la crisis y  los altos índices de violencia, han hecho que muchos pierdan la fe,  y la llama de la esperanza y entusiasmo se apague poco a poco.
Por lo tanto,  fue preciso avivar esa llama y mantenerla encendida nuevamente.  No podemos permitir que se pierdan la alegría de vivir, la sonrisa de sus rostros, la energía positiva que hay en sus corazones.
Que estamos en tiempos difíciles,  es cierto,  pero es momento de levantarse, seguir hacia adelante, sin mirar atrás, sin criticar, sin señalar.  Recordemos que la iglesias  es como los hospitales, no es para los sanos, no:  Es para los enfermos.
Y todos estamos enfermos, hemos permitido que odio, el rencor, la ironía, la envidia, se apodere de nosotros, somos hijos de un Dios Vivo. Un Dios que llama a amar, a perdonar, no se alejen de sus grupos ni de su Iglesia, por un mal testimonio de uno de nosotros. No somos santos, estamos en busca de la perfección y la santidad.
Hay que luchar con valentía, con coraje y gallardía, por su felicidad y la de todos, a la medida que amen a los demás,  así lo amarán a ustedes.  No piensen en que los hagan felices, piensen en hacer felices a los demás y,  al final,  seremos felices todos.

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Esta entrada fue publicada el 9 junio 2015 por en Diócesis, La Ceiba.
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