Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

“En esta fiesta del Espíritu, nuestra patria no debe desesperar”

“Ante la desesperación de muchos, la Iglesia tiene siempre una palabra de esperanza”: Monseñor óscar A. Romero.

“Ante la desesperación de muchos, la Iglesia tiene siempre una palabra de esperanza”: Monseñor óscar A. Romero.

Como si hablase sobre la situación de Honduras, las palabras de Monseñor Romero cobran vigencia para iluminar nuestra actividad misionera.“Si en algún año la fiesta del Espíritu Santo recobra una actualidad urgente, creo que es hoy, cuando vemos tanta confusión, tantas voces falsas de redención, tanto materialismo, egoísmo, odio, tanta violencia. Es un momento precioso para sentir que esa ansia de justicia, de verdad, de trascendencia, corresponde a un anhelo profundo del hombre que nadie lo puede llenar si no es el Espíritu mismo de Dios.
“La Iglesia tiene una respuesta y es la que está dando este día: “Pentecostés”.La plenitud pascual como el gozo completo que decía Cristo. La paz que nadie puede turbar. Tenemos que ser un testigo de Pentecostés, del espíritu de Cristo.
“Los signos de Pentecostés”
“El contenido del don del Espíritu Santo: Ya desde esta vida vivimos en la eternidad, no esperamos morir para poseer la vida eterna. El cristiano que se ha dejado invadir por el Espíritu y se ha unido a Cristo, ya está viviendo en la comunión con el Padre. Qué hermosa es la vida cristiana vista así, bajo la efusión del don del Espíritu.
– “El perdón de los pecados y la gracia de adopción: Promoción humana no es sólo sacar de la pobreza al hombre para que tenga dinero. Si no ha entrado en esta promoción de hacerse hijo de Dios, de nada sirve tener dinero y nada estorba ser pobre. Esta es la verdadera promoción: la santidad. El Espíritu de la santidad se da para arrancar a los hombres de sus pasiones, idolatrías, pecados, desórdenes, egoísmos e injusticias. Denle gracias a Dios que la Iglesia cumpla este deber y no se disgusten.Cuando dice a la fuerza política y a la fuerza económica: no abusen, no se está metiendo la Iglesia más que en el cumplimiento de su deber de derrocar el pecado del mundo.
– “La fe: Como una profesión de convencimiento que me lleve a adorar sólo a Jesús como Señor. Sólo el que tiene fe animado por el Espíritu, puede creer en Cristo. Si en algo me entristece mi ministerio es el rechazo que se le da muchas veces, como si yo quisiera hacerles el mal y no el bien. Sólo me consuela que Cristo, que quiso comunicar esta gran verdad, también fue incomprendido, lo llamaron revoltoso y lo sentenciaron a muerte como me han amenazado a mí en estos días.
– “La capacidad de predicar a todos: lenguas y pueblos: ¿Qué otra cosa da el Espíritu?¡El don de predicar en todo el universo! Es divertido, yo he recibido en esta semana acusaciones de los dos extremos.
Yo no estoy ni con la derecha ni con la izquierda, estoy tratando de ser fiel a la palabra que el Señor me manda predicar, al mensaje que no se puede alterar, que a unos y a otros les dice lo bueno que hacen y las injusticias que cometen.
“Dejarse conducir por el Espíritu: Termino recordando que estamos en esta fiesta del Espíritu que renueva el mundo y que nuestra Patria no debe desesperar, que en este día en que se abren las puertas del cielo para enviarnos ese soplo de Dios le abramos el corazón a la esperanza y cada uno de nosotros sea un colaborador de Dios para ser artífice de paz, de amor, de justicia” (3 de junio de 1979).

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Esta entrada fue publicada el 9 junio 2015 por en Arquidiócesis.
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