Reflexión
Coyuntura
P. Juan Ángel López Padilla
Los últimos días han estado cargados de una animosidad creciente en nuestro país. Las marchas, las reacciones, las tertulias, los foros, las cadenas de radio y televisión; se han centrado prácticamente en el tema de la corrupción en el país.
Algunos, para explicarla corrupción en Honduras, han aducido razones históricas, culturales e incluso alguno se atrevió a insinuar que es culpa de la religión que recibimos de España (comprenderán que se trataba de alguien miembro de una comunidad religiosa fundada anteayer)
Lo que si queda claro, después de estas últimas semanas, es que somos un país tan fragmentado que a ratos no se sabe por dónde comenzar a sanar tanta herida. También, es obvio, que hay una indignación generalizada y que todos, fuera de los discípulos de los fariseos, de hoy y de ayer, que dicen estar en contra de los corruptos pero es pura publicidad;estamos esperando que se esclarezcan estos y todos los casos de corrupción por lo que seguimos penando, desde hace muchos años atrás.
Honduras ha sido el hazmerreír del mundo entero, por sus altos índices de corrupción, por la impunidad y por la violencia inhumana que nos ha catalogado como el país más violento del mundo.
No puede ser que sigamos transitando esta ruta, que niega lo más elemental para una vida digna, a tantos hermanos y hermanas nuestras, por ese afán desmesurado de poseer, de los comerciantes que hay en nuestra tierra. Les llamo comerciantes porque, si pretenden que les cataloguemos como empresarios, están lejos de ello, porque un empresario emprende y genera riqueza, no sólo se enriquece. E, igualmente, los que han hecho de la política una serie de “trances” por los que se manipulan y venden conciencias, se negocia todo y se destruyen vidas y famas; no pueden ser llamados ni políticos ni servidores públicos. Se sirven de su posición y se sirven del público, aunque sus discursos tengan la solemnidad del Sermón de la Montaña.
Lo más interesante de todo esto es que, cuando un sacerdote, como el suscrito, escribe estas cosas, ya empiezan a rasgarse las vestiduras y a señalar que: estamos en un Estado laico, que la Iglesia no debe opinar de política, que la Iglesia está separada del Estado, etc.
No puedo negar lo que soy, ni renegar de mi fe y mi formación; pero, seamos justos y equilibrados: quedarse callado frente a este hervidero y no aspirar a que esta coyuntura que se puede volver despeñadero, también, la podemos convertir en cimiento de una Honduras en la que dejemos de sentirnos conformes con que al menos “algo” se está haciendo, es una falta grave.
La Iglesia no se ampara ni en los estatutos de un partido, ni en el Manifiesto Comunista (aunque tengo la impresión que los ilustres miembros de la extrema izquierda no saben ni de qué hablo), ni en reglamentos internos, ni en sociedades mercantiles. Nos sustentamos en el Evangelio. Que no es una dulzona doctrina que perdona sin conversión. Jesús perdonó a los pecadores pero siempre les llamó a un cambio de vida. Zaqueo devolvió lo robado y restituyó cuatro veces más.
Hablar de conversión sin compensación, sin restitución del daño hecho, sin regreso del dinero robado: es pecado doble. Conversión también para los que sólo ven “los toros desde la barrera”. Algunos, hasta consideran que orar es inútil. Por eso, vuelta a Dios, conversión, hablar con Dios, es vuelta.
Buen análisis Padre Juan Angel, comparto que todos, sin excepción, fuera de color político, sexo, religión debemos ser críticos constructivos y sobretodo apoyar toda iniciativa de país que conlleve a buscar las soluciones a los conflictos actuales; corrupción desmedida, falta de valores, la impunidad de los delitos graves, eso nos esta dañando a todo nivel y debe ser la prioridad de Honduras resolverlo.
Excelente escrito Padre, Dios quiera que muchos leen este articulo tan bien expresado, y ha dich las cosas sin necesidad de insultos, ni de malas plabras, me identifico con este escrito,pues asi pienso que Deben de ser las cosas,la Honestidad, la Pulcritud, la Educacion, se demuentras en nuestras acciones, hace mucha falta la lectura de las Sagradas Escrituras, porque Yo le llamo Mi quia en este mundo, y me hace conocer mas a mi Creador, cada dia me acerco a el a Pedir por mi Patria y Su Gente, Para que busquemos la Paz, el Amor y trabajemos nuestra tierra.. que no la sigamos destruyendo, que sembremos arboles, en vz de perder el tiempo. Dos Bendiga a mi Querida Honduras.