En un ambiente de festividad nos encontrábamos los seminaristas catrachos en medio de un mar de gente, bajo un sol ardiente para presenciar este magno acontecimiento de nuestra Iglesia.Texto y fotografía
Devin Moisés Pineda
Con mucho entusiasmo, fe y alegría nos hicimos presentesmás de 120 seminaristas junto a algunas religiosas y sacerdotes formadores del Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa en el gran evento histórico como fue la beatificación de MonseñorÓscar Arnulfo Romero.
Viernes
A muy tempranas horas de la mañana emprendimos nuestra gran peregrinación rumbo a San salvador para estar presente en uno de los grandes acontecimientos de nuestra Iglesia. El cual fue un momento de mucha riqueza espiritual para nuestra vocación. Llegando a tierra salvadoreñas nos hicimos sentir con nuestra bandera nacional, nuestros cantos y toda nuestra alegría de fe catracha. Bajo la lluvia acompañamos en la vigilia junto atodala feligresíacatólicade El Salvador y de todo el mundo que nos expresaban sus muestras de cariño y de recibimiento. Estuvimos especialmente en la Eucaristía presidida por el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
Sábado
Durante la mañana esperábamos con ansias en la Plaza Salvador del Mundo; el momento tan esperado para todos; la beatificación de un gran mártir; Monseñor Romero. En un ambiente de festividad nos encontrábamos los seminaristas catrachos enmedio de un mar de gente, bajo un sol ardiente para presenciar este magno acontecimiento de nuestra Iglesia. En él participaron varios obispos de nuestras diócesis, sacerdotes y nuestro querido cardenal.
Juan Manuel Cálix nos expresó su sentir ante este acontecimiento inolvidable que marca nuestro proceso vocacional como futuros sacerdotes de Honduras:
“Ser partícipe de la Beatificación de Monseñor Romero fortalece mi vocación a ejemplo de su testimonio, de su vida, de las obras que hizo con el pueblo salvadoreño. Me invita a no tener miedo en este caminar y que con la ayuda de Dios todo es posible”. Y finalizo: “La meta es convertirme en un pastor como el Beato con olor a oveja, autentico y lleno de fe y esperanza”.
Luego de la ceremonia de la beatificación nos dirigimos a uno de los lugares turísticos de El Salvador “Planes de Renderos” en el cual compartimos y disfrutamos de la belleza natural. Después de una larga jornada, por la noche nos recibieron las familias de la parroquia nuestra Señora de Lourdes, las cuales nos esperaban con mucho amor y cariño, con las cuales cada seminarista compartió en sus hogares.
Domingo
El últimodía de nuestra peregrinación tuvimos la oportunidad de compartir y dar gracias a Dios con laEucaristía en la parroquianuestra Señora de Lourdes; en la cual participamos en el coro y en la liturgia de dicha celebración. Y también aprovechamos para agradecer y despedirnos de la parroquia que nos recibió durante 3 días. Se llegaba la hora de regresar a nuestro país, pero sin antes recorrer la catedral de San Salvador y sobre todo la cripta donde está enterrado el beato Romero, fue un momento de mucho recogimiento espiritual, lagrimas, oración sobre la tumba del beato, en el cual terminamos nuestra peregrinación.
Por la tarde regresamos a nuestras tierras catrachas con el corazón lleno de gozo y fortaleza para poder ser unos verdaderos profetas y pastores;haciéndonos sentir con el pueblo, hasta dar nuestra vida por Dios.