Semanario FIDES

EL DECANO DE LA PRENSA NACIONAL

Hasta luego hermano querido

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¡Se marchó hacia la Casa del Padre! Porque fue llamado con bastante prisa, y él que había consagrado su vida al servicio de la Iglesia Arquidiocesana, fue obediente a la voluntad del Padre, una vez más. Y en poco tiempo emprendió la marcha hacia su morada eterna.Nuestro querido Danilo Aceituno ha entrado a la vida verdadera, dejando una estela de bondad y de cariño en el corazón de los fieles. Feligreses que guardan en sus corazones el recuerdo de quien, a través de los medios de comunicación de la Iglesia, alimentó su fe, y les fortaleció la esperanza y la confianza, en la misericordia y la providencia del Dios vivo y bondadoso.
Queda el dolor de su ausencia en sus oyentes. Por el enorme trabajo de evangelización que realizó durante muchos años, desde los micrófonos de Radio Católica y Suyapa TV. Desde los estudios, templos y procesiones,les orientaba con su animación y enseñanza doctrinal.En los diferentes programas que produjo, y que constituían una escuela de catequesis para su inmenso auditorio.
También evangelizaba desde la transmisión de eventos litúrgicos. En esas ocasiones, a medida que describía los distintos gestos, palabras y acciones de los celebrantes, aprovechaba para explicar su significado a la luz de la fe y enfatizaba con gran fuerza  la presencia del Dios vivo en el momento oportuno, durante la celebración de los sacramentos. Especialmente en la Eucaristía se desbordaba en muestras de profundo amor.
Devoto de la Madre de Dios, supo motivar y explicar su papel de ella en la vida del cristiano y puntualizar los aspectos relativos al culto mariano. Era destacable su presencia durante la celebración de la novena de la Virgen de Suyapa, donde acompañaba a todas las parroquias, de acuerdo al calendario litúrgico establecido.
Se supo dar con generosidad al servicio de la Iglesia, lo mismo que a la familia que hoy lo llora. Y ese vivir para el Señor que fue la característica de su vida,  le fue moldeando hasta convertirse en un hombre lleno del amor de Dios, con mucha paz en el corazón, lo que supo transmitir a quienes le trataron personalmente, por medio de la alegría que le caracterizaba.
Entregó su vida por amor a la Iglesia. Pero fue bien recompensado, pues en el momento de su enfermedad, y luego, con ocasión de su fallecimiento, pudo contar con la intercesión de miles de fieles oyentes,que estuvieron muy atentos al desarrollo de este evento doloroso.
El cariño de los fieles, manifestado con lágrimas y continuas oraciones, fue apreciableen el momento de su velatorio y en las exequias. Acontecimientos en que hubo la presencia de personas de diferentes diócesis. Y la concurrencia arquidiócesana fue multitudinaria.
Presencia que tiene la condición de un profundo sentido de agradecimiento, a quien supo convertir, su humilde puesto de trabajo comunicativo en un auténtico  medio de santificación, porque siempre lo hizo con recta intención y movido por el deseo de servir a Dios, con entusiasmo  y generosidad. Exhortando y enseñando a vivir, la vida en Cristo.
Danilo no fue un hombre improvisado. Se supo cultivar intelectual y moralmente, con seriedad y diligencia,dejándose guiar siempre por la sabiduría que viene del Espíritu Santo.Fue un laico capaz de dar razón de su fe, pues sus conocimientos teológicos, eran fruto de un esfuerzo personal, realizado con persistente dedicación ysistemática sensatez.
Pero su formación teológica, no tuvo matices egoístas. Esos conocimientos fueron la base de la formación católica que impartíaa sus oyentes, en los diferentes programas que le correspondía animar y dirigir..
Fue un hombre con un corazón lleno de Dios, con una vida de oración que constituía el fundamento de su permanente paz y alegría. Todo su legado de amor, comunicación y de enseñanza no hubiera sido posible, si su vida no hubiera estado iluminada por los dones del Espíritu Santo.
Su mayor alegría era relacionarse con los demás con un sentimiento de amistad sincera. Por eso será muy extrañado en los medios de comunicación de la Arquidiócesis. Pero deja en quienes fueron sus amigos, y sus oyentes, un testimonio de vida espiritual, manifestado en la donación de todo su ser al servicio de la evangelización, siendo fiel y decidido a cumplirel mandato del Señor.
Danilo vivió guiado por el deseo del Señor Jesús: ”Ámense los unos a los otros…como YO les he amado”.
Tus hermanos de FIDES

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Esta entrada fue publicada el 1 junio 2015 por en Arquidiócesis.
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