Obispo de los pobres
A pesar de la claridad de sus predicaciones, Monseñor Romero, fue calumniado. Le acusaron de revolucionario, de incitar a la violencia y de ser el causante de todos los males de El Salvador. Pero nunca jamás de los labios de Monseñor salió una palabra de rencor y violencia. Su martirio lo llevó a los altares y ahora es un beato venerado por los pobres.
Págs. 17 a la 22.