¡Dios no está muerto!
Un aspecto de la procesión del Santo Entierro a su paso por la Avenida San Isidro.
Centenares de ceibeños dieron muestra de su fervor católico en esta Semana Santa, al asistir a los diferentes actos y vivir una verdadera Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.Texto y fotos Rolando Obando
roja_obando@yahoo.com
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Una multitud de personas participaron en los actos litúrgicos del Triduo Pascual en esa ciudad de La Ceiba, pero las procesiones del Vía Crucis y del Santo Entierro fueron la que convocaron a la mayoría de los ceibeños y los visitantes que llegaron en esos días, procedentes del extranjero y del interior del país. Mientras otros se encontraban en las playas y discotecas la mayoría de los ceibeños se desbordaron sobre las avenidas y calles de la ciudad, demostrando su fervor y recordando el dolor y sufrimiento que Jesús soportó por tí y por mí.
Pasión
Miles de personas llenaron las calles y desde las cuatro de la tarde se aglomeraron en la Avenida San Isidro, recorriendo un circuito aproximadamente de dos kilómetros, partiendo de la Catedral San Isidro y finalizando en el mismo lugar de Inicio.
Más de 10,000 personas demostraron su pasión por ese Dios Vivo, que palpita en cada corazón. Dios está muerto para todos aquellos que día a día lo asesinamos, con nuestras malas acciones, con nuestros pecados, Dios es para todos nosotros y cada quien es responsable de sus acciones.
Para Dios no hay distinción de color, raza, credo, posición social, económica, cultural o religiosa. Dios murió y revivió por todos nosotros los seres humanos que somos hijos de ese Dios.
Por lo tanto le debemos respeto y obediencia, así como lo hacemos con nuestros Padres.
Queremos cambios en nuestro mundo, queremos cambio en nuestra ciudad, queremos cambio en nuestras vidas, para que eso suceda, tenemos que cambiar cada uno de nosotros.
El mayor mandamiento que Dios nos da es? Amarnos los unos con los otros, sin criticar, sin señalar, sin juzgar, sin calumniar, simplemente con amor podremos hacer un mundo mejor.
Estos fueron los mensajes de ánimo y esperanza que nos dio en toda la semana santa Monseñor Miguel Lenihan, en cada evento, en cada homilía, en los actos de la Pasión, Muerte, y Resurrección. El mensaje siempre era enfocado en lo mismo: anhelos de paz, amor, unión familiar, reconciliación, perdón, cambio de actitud en cada uno de nosotros los cristianos católicos y no católicos, recordar el mandamiento nuevo que nos dio el Señor.
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