Con sólo ver el rostro de María en una imagen podemos sentir esa fuerza del Espíritu Santo que nos dice “Hagan lo que Él les diga”.
“Ella tuvo que pasar de ser madre biológica a ser madre creyente y fiel”.Yadira Sánchez
Equipo de Comunicaciones OMP-A.
En estos tiempos de Cuaresma, quien más puede sermodelo de perseverancia, obediencia, fe, entrega y servicio total a Dios, sino, que esa mujer que Jesús al estar en los momentos de agonía en la cruz, nos la dejó como madre nuestra, porque Él sabía que Ella, así como cumplió en esa misiónsalvífica que tenía Dios para nosotros, Ella también continuaría dándonos a nosotros ese amor, fortaleza y esperanza que necesitamos para ser unos verdaderos discípulos y misioneros de Jesús.
Tanto es el amor y acompañamiento de nuestra Madre María, que hoy en día podemos ver su presencia en nuestras iglesias, casas, procesiones y en tantos lugares del mundo donde se ha manifestado con el único propósito de que ninguna alma se pierda por culpa del pecado, sino que todos seamos llevados a los pies de Jesús mediante el perdón, la reconciliación y los sacramentos.
Con sólo ver el rostro de María en una imagen podemos sentir esa fuerza del Espíritu Santo que nos dice ““Hagan lo que Él les diga” Y Él es Jesucristo, por eso en esta Cuaresma tratemos de oír a Jesucristo y hacer lo que Él nos dice a través de su palabra. Meditemoscomo María en medio del sufrimiento,dolor, humillaciones y persecuciones nunca abandonó a su hijo, es cuando más cerca estuvo de Él,Ella tuvo que pasar de ser madre biológica a ser madre creyente y fiel. Ausente, silenciosa y silenciada durante el ministerio público de Jesús, aparece en el momento cumbre de la cruz. Cumple así lo que el Hijo había anunciado: “el que quiera ser mi discípulo de verdad, que cargue con su cruz y me siga; y donde yo esté, estará él”.
En la renovaciónde nuestra Iglesia, en la que ha comenzado una nueva evangelización, la dimensión misionera ha tomadoen cuenta que no podemos caminar los misioneros y laicos sin la presencia deesa primera mujer misionera y discípula. “Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre esta María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización. (284 EG)
Con las palabras del Papa Francisco en su Exhortación Apostólica “El gozo del Evangelio” (EG), Madre María te elevamos esta oración: “Estrella de la nueva evangelización,ayúdanos a resplandecer con el testimonio de la comunión,del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz.Madre del Evangelio viviente,manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros.Amén. Aleluya”.
“Con Cristo misionero, vamos al mundo entero”