“Juan Ciudad” lo llamaron en un tiempo, por ser un hombre del mundo. Luego era “Juan el loco” que tuvo que ser internado en un hospital, que en medio de su locura escuchó el llamado de Dios, con intensidad, a tal extremo de convertirse en “San Juan de Dios”.Fotos y texto: Johanna Kattán
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En la celebración del día de San Juan Dios, 8 de marzo, sampedranos acudieron al Centro Hospitalario de Salud Mental que lleva el nombre de este santo. El festejo comenzó con una Misa de acción de gracias, presidida por el Obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, Ángel Garachana.
Monseñor comentó durante la homilía, que hace unos días, supo que el padre Saturnino Senis, párroco de San Pedro Apóstol, leía por enésima vez, un libro titulado El Loco de Granada, el cual narra la vida de San Juan de Dios. Y es que sin duda, este santo ha dejado una huella imborrable.
“San Juan de Dios es un testimonio vivo de Jesús”, dijo el obispo. Garachana relacionó la frase de Jesús “vete y haz tú lo mismo” con el ejemplo de vida que dejó este santo de origen europeo. “Ser santo hoy es hacer lo que Jesús hubiera hecho. San Juan de Dios narra la vida de Jesús haciendo lo que él hubiera hecho”.
Sin duda, San Juan de Dios dejó una huella eterna, tanto así que su ejemplo sigue vivo en muchos países, a través de la Orden Hospitalaria que sigue sus pasos. Actualmente, hay presencia en cincuenta países de los cinco continentes, y 400 obras apostólicas.
“Habiendo recibido como herencia el carisma de la hospitalidad, nos dedicamos como misión, a ejemplo de nuestro fundador, a los enfermos y personas que sufren. En la forma de vivir y de actuar manifestamos nuestra espiritualidad”, expresan los frailes de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios.
La Orden Hospitalario San Juan de Dios, se define como una Orden Mendicante, “hemos intentado actuar con una actitud de beneficencia frente a los que lo necesitan”, resalta el hermano GudielSánchez Chacón.
Los frailes de toda esta congregación trabajan para crear centros para discapacitados intelectuales, discapacitados físicos, para ancianos, para los sin techo, programas para los dependientes de drogas fuertes
El Fundador, San Juan de Dios
Juan Ciudad nació en Montemor-o-novo (Evora), Portugal, en 1495. A los ocho años, con un clérigo que pernoctó en su casa, se vino a España y se situó en Oropesa, Toledo.
En dos ocasiones salió de Oropesa y ambas para participar como soldado en la guerra. La primera para ir a la frontera con Francia, en Fuenterrabía. No le fue muy bien. Volvió a Oropesa fracasado. En la segunda ocasión fue a Viena, Austria, para luchar contra los turcos. Ya no volvería más a Oropesa.
Viniendo de Viena entró por nave en España por Galicia y fue a su pueblo natal donde no encontró casi a ningún conocido. Tuvo la llamada a seguir a Jesucristo entregándose a los pobres y enfermos. Saliendo de Montemor-o Novo, hizo como un deambular en búsqueda de lo que el Señor esperaba de él: Sevilla, Ceuta, Gibraltar y finalmente Granada, donde se estableció como librero. Vendía libros de caballerías y también religiosos.
Según nuestra tradición en 1537 escuchando a San Juan de Ávila en el eremitorio de los Mártires su ser se transformó, tuvo una gran crisis de fe, salió del eremitorio gritando y revolcándose por el suelo, destruyó su librería, continuó con este comportamiento varios días hasta el punto que tomado por loco le encerraron en el hospital real de Granada de donde salió al cabo de unos meses.
Se puso bajo la guía de San Juan de Ávila, peregrinó al Santuario de la Virgen de Guadalupe, pasó a su regreso por Baeza donde estuvo con Su Maestro un periodo y ya vuelto a Granada empezó su obra de ayuda a los pobres enfermos y necesitados.
Empezó de la nada. La ciudad pensaba que era una nueva locura. Pero poco a poco llegó a comprender su verdadera cordura. Trabajaba, pedía, recogía a los pobres, se entrega a ellos primero solo pero poco a poco se le fueron uniendo otras personas voluntarios y bienhechores. Fundó su primer hospital, la Casa de Dios, en el tenían cabida todos. Se le unieron unos cuantos compañeros y organizó la asistencia según consideraba que merecían sus pobres. El Arzobispo de Granada le cambió el nombre por el de Juan de Dios. Murió el año 1550 con gran fama de santidad.
Una esperanza que alivia en la Costa Norte
Bajo el concepto de Hospitalidad, se cuida la acogida, la promoción de la salud, el acompañamiento y compromiso en las realidades más vulnerables de cada época y sociedad, desde un concepto amplio de universalidad y favoreciendo la profesionalidad.
El Centro Comunitario San Juan De Dios da esperanza a los miles de hondureños que sufren junto a sus familiares, a falta de una política del estado en Honduras, que permita suficiente atención médica para tratar a las personas con desordenes mentales.
El Hermano GudielSánchez Chacón, Director del Centro Comunitario San Juan de Dios, desde hace cuatro años, dijo que en el 2014, unas 17mil personas recibieron atención, “un promedio de 60 a 80 personas por día”.
Actualmente 14 personas laboran en el Centro Comunitario, contando con dos psicólogos y tres siquiatras, y con un valioso apoyo de 15 damas del grupo Amigas de San Juan de Dios. “Nuestro reto es seguir manteniendo nuestros servicios de consulta externa, sicología, psiquiatría”, comentó.
El mayor reto de este centro, con motivo de urgencia, “es crear en corto tiempo el área de hospitalización en convenio con la Secretaria de Salud”, destacó el Hermano Gudiel. Según este religioso, es necesario contar con el servicio de hospitalización, ya que quienes requieren ser internados tiene que viajar hasta Tegucigalpa. “De cada 60 personas que se atienden a diario, una necesita ser internada”.
CONSTRUIDO PARA SERVIR
Por invitación de Monseñor Ángel Garachana Pérez, la Orden Hospitalaria de hace presente EN San Pedro Sula el 3 de Abril del 2000, iniciando con un apostolado que tenía como finalidad principal la visita a los enfermos en sus casas; brindando asistencia de enfermería y de medicina general; esta labor se realizó en la colonias Aurora y Tepeaca de San Pedro Sula.
La necesidad fue creciendo y los primeros hermanos colaboran en el Dispensario Médico que lleva el nombre de Nuestro Padre Fundado San Juan de Dios de la Colonia Aurora. En los inicios del 2004 comienzan los estudios de campo para detectar realmente cuál era la obra apostólica que San Pedro Sula necesitaba; arrojando este estudio la necesidad de un centro en atención en salud mental. Es así como posteriormente inician las gestiones a través de Juan Ciudad ONG de España para la recaudación de fondos para la construcción de lo que hoy es San Juan de Dios Centro Comunitario de Salud Mental”. Teniendo el apoyo del gobierno municipal de San Pedro Sula con la donación de los terrenos que son en total 7 manzanas; y a finales del 2007 se inaugura la primera etapa que comprendiendo los edificios de consulta externa, rehabilitación; lavandería y bodegas. El 7 de Enero del 2008 inició la atención en consulta externa; área de hospitalización y demás áreas necesarias para el funcionamiento del mismo.
El 25 de Julio del 2007 el gobierno de Honduras a través de la Secretaria de Salud firmó un Convenio de Colaboración Interinstitucional; que se comprometía al pago de los profesionales, así como de la dotación de los medicamentos. Al firmar este Convenio nuestros donantes de España vieron el compromiso del gobierno; transfirieron los fondos necesarios para la construcción de todo el centro comunitario; pero la realidad dicho acuerdo no fue cumplido.
Aún con este problema la Orden Hospitalaria, sabiendo la necesidad de atención en salud mental, decide brindar este servicio a toda la población que así lo requiere de la zona norte; y es así como llevan funcionando casi cinco años, brindando una atención de calidad y calidez, según el estilo de San Juan de Dios.