Por Eddy Romero
@eddymromero
Feligreses de la Parroquia El Salvador del Mundo celebraron recientemente la fiesta en honor a la Virgen del Rosario, la cual es muy venerada en las zonas dos y tres de la colonia Cerro Grande.
Con cohetes, pastel y rosas, los fieles de Santa María se regocijaron al participar en esta fiesta mariana, la cual fue presidida por el padre Eugenio Aldana S. de J. vicario de esta Iglesia particular.
Por la mañana tuvo lugar la alborada y las mañanitas, junto al rezo de laudes en comunidad. Previamente se había celebrado con mucha devoción la novena en honor de su patrona.
Previo a la Eucaristía, el templo resonaba a una sola voz con el rezo del rosario, prevaleciendo las mujeres y niños, el coro ultimaba detalles en los cantos mientras que los monaguillos preparaban el incienso, para darle mayor solemnidad.
El presbítero Aldana, en su homilía comenzó narrando una curiosa anécdota sobre la devoción por el rosario del Papa Francisco, quien siendo cardenal de Buenos Aires, contempló a San Juan Pablo II rezar con una inmensa devoción un sábado por la mañana.
Desde aquel momento, recuerda el sacerdote, “el Papa reza todos los misterios del rosario diariamente”. Así mismo resalto que “no hay santo que no amará el rezo del rosario”.
El vicario parroquial explicó la importancia de la Virgen en la presencia del pueblo de Dios, siempre atenta a las necesidades de las personas, especialmente de aquellas más pobres.
Al finalizar la Eucaristía, hubo un compartir, como muestra de la fraternidad que los sacerdotes Siervos de Jesús han impregnado en sus fieles. La luces y los cantos en honor a la Virgen tampoco faltaron.
La Virgen del Santo Rosario es una devoción que se remonta al año1208. La historia narra la aparición que le hizo María a Santo Domingo de Guzmán, a quien le enseña la oración del Rosario y le pide que se le difunda.
Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario.