Con esta representación el artista quiere lograr interactuar con el público, partiendo de elementos culturales.Texto: Lilian Flores
Fotos :Janeth Lagos
En uno de los salones del Instituto Salesiano San Miguel, se expuso una de las grandiosas obras del artista Santos Arzú Quioto, donde los estudiantes y público en general pudieron disfrutar de la representación de una alfombra, representando una metáfora de camino y viaje, visualizando un escenario partiendo de algunos elementos culturales propios de nuestro entorno.
Es importante definir que la obra esquiva todo lo que tiene que ver con elementos religiosos, y se enfoca en otros temas como la visión de solidaridad e invocación de ideales agonizantes de la sociedad hondureña.
Esta representación se expuso en el mes de marzo, en el Museo para la Identidad Nacional durante mes y medio con la finalidad de dialogar e interactuar con el público, con el propósito de hacer una lectura del entorno social y traducirlo a un lenguaje estético.
“Como artista es necesario expresarme y lo hago en este caso a través de la pintura pero no solamente es el deleite de poder pintar si no que es una forma de comunicación, es una forma de interacción con el público”.
Diversidad de elementos
En esta exposición se presentó obras abiertas con figuras y diversos elementos hacia los cuales el público se pudo acercar a través de colores, elementos hechos de materiales múltiples: resina, piedras, vidrios, elementos agrupados con diferentes significados, según el artista las interpretaciones dependen de la sensibilidad del público y del entorno en el cual se haya desarrollado, al ser obra abierta se pueden ver aspectos positivos o negativos.
Para los jóvenes los granos de oro, expuestos en la alfombra, representan la avaricia y para otros representaba el trabajo, las plumas y los huevos representan un nido, lo que implica protección, pero también puede ser visto como el aniquilamiento del ave o de la sociedad y por lo tanto signo de indefensión, y algunos elementos que al final se vuelven ambiguos. Manifestó Quioto
Una obra espectacular
La alfombra, “es un tema recurrente porque está planteada como elemento de camino de viaje, muy similar a lo que expuse en el 2007, en la colección “Los Errantes”, cuyo eje central era el movimiento, es decir, la gente que va de un lugar a otro física y de manera existencial en busca de la felicidad”.
Manifestó, “Antes del montaje, realicé una investigación sobre el trabajo comunitario de los hondureños que se dedican a fabricar las tradicionales alfombras de Semana Santa, y fue precisamente ese trabajo en equipo, poco común en nuestros días, el que me indujo a la realización de este proyecto”.
La alfombra consiste en un gigantesco lienzo de 30 metros de longitud, en esta ocasión solamente se mostró 20 metros de la exposición, está dominado por colores fríos y cálidos. En cuanto a los materiales “formé un collage de resina, vidrios y pantallas de velas, que al verlo junto evidencia una armonía a nivel compositivo, cromático y de iluminación”
Para poder terminar esta obra, el artista tardó entre cinco y seis meses “con un esfuerzo y dedicación termine esta gran obra, porque considero que todos estamos llamados a dejar un legado ala sociedad, si hay algo que nos interesa tenemos que buscar tiempo y espacio aunque no tengamos ningún apoyo. Mi recompensa es ver como las personas interactúan y disfrutan con este tipo de exposiciones”